jueves, 24 de diciembre de 2009

Aunque no comprendo su relato, me parece percibir cómo las propias palabras de la bribona rescatan su alma de hechicera moviéndose sin dificultad entre la codicia y sus empresas y la fantasía, introduciendo ésta en la realidad de cada día, de modo que fantasía y realidad se vuelven, con toda inocencia, iguales e irreversibles.
H. Bianciotti
de Lo que la noche le cuenta al día